La semilla de calabaza es un excelente complemento para nuestra alimentación, ya que además de aportar múltiples nutrientes, posee propiedades curativas.
La semilla de calabaza es muy rica en fibras, proteína y grasas, en la mayor parte, insaturadas. También concentra vitaminas como ácido fólico y niacina; y minerales como selenio, magnesio, potasio y zinc.
Pero más allá de las virtudes nutricionales de la semilla, recientes investigaciones científicas han revelado que la harina de semilla de calabaza, así como su aceite prensado, puede tener un gran valor en el alivio de las siguientes 5 condiciones:
1. Crecimiento de la próstata:
La semilla de calabaza ha sido estudiado por su capacidad para inhibir la testosterona inducida por el crecimiento de la próstata, un factor causal común en la hiperplasia prostática benigna.
2. Los síntomas climatéricos:
Las mujeres suplementadas con 2.000 mg de aceite de semilla de calabaza en el transcurso de 12 semanas se encontró que tenían la presión arterial controlada, aumento del colesterol HDL (bueno), así como la reducción en la severidad de los síntomas de la insuficiencia de hormonas asociadas, por ejemplo, los sofocones y dolores de cabeza.
3. Cálculos renales:
De acuerdo con un estudio realizado, los niños con cristales de oxalato de calcio en la orina, han respondido favorablemente a la suplementación de su dieta con semillas de calabaza.
4. Artritis:
El aceite de semilla de calabaza es comparable con la indometacina. Los estudios han señalado que el aceite que contienen las semillas de calabaza es un similar a la indometacina, por lo cual alivia los estados artríticos y reumatoides crónicos.
5. El insomnio y la ansiedad:
Las semillas de calabaza contienen un alto nivel de triptófano (22mg/gr de proteína de semilla de calabaza), el aminoácido que procesa a la melatonina, la “hormona del sueño”, en la noche.
Podés utilizarla en ensaladas y sopas. Queda muy bien por su sabor ligeramente dulce!