Ha sido difícil ignorar la popularidad del grano de quinoa, con su propio espacio designado en los estantes de los supermercados (mientras que antes sólo estaba disponible en dietéticas) y un lugar en los menús de restaurantes y páginas de libros de cocina. Considerada como un “súper alimento”, la quinoa se convirtió en una saludable sustitución del arroz blanco y la pasta, así como una fuente de proteínas para vegetarianos y veganos.
Este grano pequeño que se vuelve ligeramente gomoso y con un gusto parecido a nuez cuando se cocina, no sólo es un acompañamiento riquísimo o un complemento crujiente de las ensaladas, sino que también es un grano integral primario para muchas personas debido a sus numerosos beneficios.
Las variedades de la quinoa
La quinoa se cultiva en muchos colores diferentes, pero los más comunes que se cosechan son el blanco, el rojo y el negro. La más común es la blanca, y tomará la menor cantidad de tiempo para cocinar. De los tres tiene la textura menos crujiente y el sabor más suave. El rojo es el siguiente, con su sabor un poco más fuerte y el factor de contracción aumenta mientras se cocina un poco más, y el negro es el más sabroso y crujiente con el tiempo de cocción más largo.
Fácil para incorporar a las comidas
Una de las formas más populares de preparar la quinoa es agregar algunas verduras y un aderezo para hacer una ensalada de quinoa fácil. También podés intentar cambiar el arroz blanco por quinoa para servir con cualquier tipo de salteado de verduras o sustituirlo por cualquier plato de arroz frito. La quinoa también sirve como cereal de desayuno caliente, similar a la harina de avena.
Podés usarla en casi cualquier receta que requiera arroz u otro grano integral, como ensaladas de arroz, recetas de cuscús y demás. Si tenés a mano algo de quinoa cocida en la heladera, siempre estará lista para echarla en cualquier plato para agregar textura, cuerpo y nutrición.